Retornar de una ensoñación colmada de iridiscencia, colores mágicos y un cielo nocturno plagado de estrellas, es placentero y, aunque mi perspicacia habitual no sintoniza con la frecuencia de lo que definiría como una aventura fantástica de origen misterioso, logro identificarme completa y enteramente con «La La Land».
Los versos con tintes rosados y brillos nacarados, invitan a tararear la canción que de por sí es bastante pegajosa. Con los tintes tradicionales de la música country y una combinación instrumental interesante, invita al oyente a sumergirse en un mundo insospechado.
Sin duda alguna, “Martha Spencer” sabe cómo enaltecer el género, procedente de las Montañas Blue Ridge de Virginia y criada en una familia con antecedentes musicales bien cimentados, a muy corta edad ya tocaba por lo menos seis instrumentos entre los que se enlistan, la guitarra, violín, banjo, bajo, dulcimer y la mandolina. Instrumentos base en el desempeño y creación de la música country.
Con menciones honoríficas en diversos medios como Rolling Stone Country, No Depression, Holler, Wide Open Country, Bluegrass Situation, Americana Highways, PopMatters, Martha Spencer enaltece el género Country y las mujeres encaminadas en el mismo tren.
“La La Land” sin lugar que desafía lo convencionalmente establecido, y como hacía mención anteriormente, sumergirá al escucha en un mundo de fantasía y pigmentos tornasolados.


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