¡14 canciones sinceras y crudas como la vida misma, pero musicalizadas con puro rock!
Después de tres décadas de composición, Jason McKee se dio la oportunidad de crear una ensalada de éxitos de rock, en donde los ingredientes principales son riffs poderosos, baterías que van marcando el beat y dan fuerza a cada tema, y un bajo que no solo acompaña, es el aderezo que le da más sabor a cada canción de “Pines Salad”.
Para entender de qué va “Pines Salad” hay que comenzar por decir que se trata de la recopilación de casi tres décadas de experiencia del músico Jason McKee, en un disco en el que muestra lo que ha aprendido en este tiempo dentro del mundo del rock, y también refleja que no importa el tiempo que haya pasado, siempre se pueden aprender cosas nuevas y hay oportunidad para dejar salir emociones que quizás teníamos muy ocultas.
El disco se mueve entre el rock alternativo, el rock clásico, y por supuesto, el rock de los 90s. Toma lo mejor de cada uno de ellos y los junta en este disco con 14 temas que siguen una línea: narrar las vivencias de su escritor, a veces con toque melancólicos, otros de forma reflexiva y unos más con un toque juguetón muy característico del rock de los 90.
Cada instrumento juega un papel importante en este álbum. La guitarra eléctrica sirve como acompañamiento en temas como “Avocet Court”, una canción que se percibe tranquila y suave, pero es la guitarra quien canta con nuestro intérprete. Y de inmediato tenemos otro de esos temas melancólicos, pero ahora es la batería la que marca el ritmo calmado y suave en “Bobbie”, una canción que habla del duelo y la pérdida.
Pero no todas las canciones se mueven en esa tónica, tenemos “Insta Life Donna”, un tema que incluye algunos sonidos eléctricos y que suena un poco más profunda y oscura que el resto de las canciones. O “Humbug” que se mueve más entre el rock clásico y el alternativo, crea esta hermosa fusión en donde la guitarra da el beat necesario para seguir cada nota y la letra de la canción.
Aunque el disco si cierra con una nota más nostálgica con “Call”, una canción que tiene el ritmo en la batería, cuando hace sonar los platillos se siente casi como en un sueño mágico, en donde también el golpe del tambor va marcando el ritmo con el de la guitarra, que en este caso es más el acompañamiento a la voz y la batería.
Pero el disco no solo se queda en esta reflexión sonora que nosotros y el mismo Jason hace a través de estas 14 canciones. Se enfoca en ofrecer temáticas de interés, en cantar sobre sentimientos o sucesos que todos hemos experimentado alguna vez en la vida. A estos temas les pone una letra y los interpreta con esta voz grave en donde se logra escuchar la voz de una persona que tiene experiencia en el género y ha vivido su vida como ha querido, con todas las buenas y malas experiencias.
McKee habla de su divorcio, también del fallecimiento de su madre y de amores en donde es difícil definir lo que se siente por una persona. Pero también se da tiempo de relatar una historia juvenil a través de su enamoramiento de Taylor Swift, en donde dice que su mayor inspiración fueron los celos que sentía por el actual novio de la cantante de pop. Poder cantarle a temas tan complejos como el divorcio y el duelo, y saltar a un amor imposible digno de un adolescente, no puede hacerlo cualquiera, solo una persona que acepta lo que está viviendo y tiene esa necesidad de ponerlo en palabras y sonidos para compartirlo con el resto del mundo.
Por eso digo que “Pines Salad” va más allá de una compilación de canciones dedicadas a homenajear el rock como género. Es una obra de crecimiento musical y personal, de percepción de la vida misma con todo lo que trae y deja con el paso del tiempo. Es un álbum honesto en cuanto a sonido y líricas. Y en tiempos en donde otros géneros predominan las listas de popularidad, se agradece tener una propuesta de este tipo. Poder conectar tus audífonos, darle play y desconectarte del mundo a través de las historias que sonorizó Jason McKee resulta ser un privilegio.
Puede ser que algunos nuevos escuchas no compartan algunas de las historias con McKee, pero en mi caso, cada relato me llegó de forma diferente, porque pude sentir a través de su voz y de su composición lo que estaba sintiendo. En algunos temas percibí nostalgia, en otros melancolía y diversión; pero en todas las canciones logré percibir ese gusto por hacer música, y eso no es algo fácil de transmitir a través de unos audífonos.
Entonces, ¿recomiendo que escuches este disco? ¡Por supuesto! Si le das play no te vas a arrepentir, te vas a encontrar con un viejo nuevo amigo, un músico que te va a cantar y va a estar contigo para hacerte compañía y va a lograr que vivas y sientas cada una de sus composiciones como si fueran tus historias. Así que no esperes más, dale play y disfruta de la propuesta de ReeToxA.
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