Nicholas Walsh nos trae Call me one more time, una canción que toca temas delicados con un ritmo diferente.

Trae de vuelta el ritmo de los 70 con la guitarra eléctrica que suena ligera y resuena en cada esquina de toda la canción. La melodía del soft pop, sencilla y que deja protagonismo a la voz, acompaña una letra que transmite una mezcla de atracción peligrosa y adicción envuelta en una atmósfera tóxica que nos regala una explosión de libertad. Describe un momento en donde no nos importa nada, solo el presente que nos atrae con su energía hipnótica. Una imagen seductora que tiene las luces neón apuntadas sobre la piel desnuda. La adicción y el exceso, la rutina que consume todo aquello que toca, sin excusas ni escapatorias, la voluntad de perderse y repetir otra vez cada segundo. La familiaridad del ambiente que nos hace regresar una y otra vez, y llegar al fondo una y otra vez, y seguir en ese círculo porque ya es parte de nosotros, porque es algo que conocemos, que nos resulta excitante y nos hace sentir vivos aunque sea por un instante y aunque sea superficial.

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