Ma Polaine’s Great Decline llena hoy a regalarnos Gasoline Can, y no, no le importa tu auto, no es una canción para correr, al menos si no eres la presa.
Este tema recuerda los bares donde en los años 50, la melodía del blues que te envuelve y transforma una atmósfera inquietante y oscura en un juego de armónica, percusión y cuerdas que te hacen relajarte, es como si el cantante quisiera mostrar el sentimiento que siente la protagonista del homicidio, con un ritmo elegante como si mientras camina para encender la gasolina moviera las caderas seductoras, lista para ver el mundo arder.
Esta es la reivindicación de la balada oscura tradicional en donde la mujer es la víctima la mayor parte de las veces sin embargo, en este tema la presa se convierte en la depredadora una figura lunática e inquietante que nos transmite los pensamientos de una asesina la premeditación con ese gusto dulce en su voz y una sonrisa con labios rojos como el diablo. Toda la letra violenta y agitada se metre en contraposición con el ritmo tranquilo del blues, una obra maestra de luces y sombras.


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